sábado, 9 de enero de 2016

Reflexoterapia podal. Parte-2


Los orígenes de esta técnica manual curativa son difíciles de fechar y localizar, como lo son la mayoría de técnicas ancestrales, puesto que es muy posible que distintas culturas desarrollaran formas parecidas de tratar las enfermedades y patologías: Egipto, indios de Norteamérica… Sin embargo, probablemente la moderna reflexoterapia provenga de Oriente, y más concretamente de la China, situándose de forma imprecisa su origen más de 5.000 años atrás.

El funcionamiento de dicha técnica se basa en el hecho de que las distintas partes del cuerpo están reflejadas en las plantas de los pies y que, por lo tanto, masajeando dichas partes se masajean de forma indirecta o refleja (de ahí el nombre de la terapia) pero efectiva los órganos, músculos u otras partes del cuerpo que necesiten tratamiento, estimulando los mecanismos autocurativos del propio organismo. Por supuesto, además de este efecto reflejo hay un efecto local, en los pies, muy importante y útil para tratar y prevenir muchos problemas de los pies.
Para su realización no se requiere de ninguna sustancia o herramienta más que las propias manos, si bien acostumbra a utilizarse algo de aceite para poder masajear con más facilidad y fluidez.
La reflexoterapia forma parte del conjunto de medicinas alternativas y/o complementarias que no sólo trabaja o considera la parte física de nuestro organismo, puesto que se basa en una concepción holística del ser humano, y por lo tanto también valora las emociones y pensamientos de los pacientes, y la importancia de estos factores tanto en el origen de la enfermedad o patología como en el proceso curativo.
Al hablar de la parte terapéutica del masaje debe quedar muy claro desde el principio que la reflexoterapia no sustituye al médico, sino que lo acompaña; nunca debemos retrasar o posponer una visita médica por el hecho de estar realizando terapia podal.



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